Soneto 188. LA INMENSIDAD AL CONOCERLO
El sueño queda impreso en la poesía
de una fuerza doblegada que dejo
volando por el volátil espejo
qu es desuso de toda alegría.
Lo que acontece en la ribera mía
es una risa tonta sin reflejo
con la que río y con la que me alejo
en (los) márgenes de sabiduría.
Alguien me busca y yo que, sin saberlo,
me distraigo en cosas que no importan, y
me pierdo en la oscuridad sin verlo.
De niño soñé. No puedo creerlo...,
que cante, ría, baile, lea, escriba,... y
me abrí en la inmensidad al conocerlo.
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