Soneto 214. CUANDO DOS PERSONAS NOS AMAMOS
Cuando dos personas, que nos amamos,
damos rienda suelta a nuestro placebo,
evocamos a un amanecer nuevo
donde, por nada, no nos consternamos.
En retahílas de amor nos mostramos
la candidez y el sonrojo sin nevo
que se vislumbra de "verdad, me atrevo"
en la piel que, libres, acariciamos.
Todo margen de error se nos reduce
y la vida - a más vida - nos conduce
por el periplo de amor consentido.
La magia de vivir, cuando seduce,
es la otra dimensión que nos abduce
del amor líder y correspondido.
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