Soneto 225. AZUL EXPLOSIVO DEL CIELO
Rostro contraído en arrugas que huyen
de un baño de sangre que nos aturde
y olor a carroña en mar que se pudre
en aguas infinitas que confluyen.
Planes conscientes que se distribuyen
de auroras boreales donde acude
la inmensa paz que muere y que sucumbe
a los entresijos que nos destruyen.
Si no consigo escapar de tus redes,
seguiré perdido entre estas paredes
que detectan la frialdad del hielo.
Si me sumerjo en mares de placeres,
saltarán por el aire los enseres
en el azul explosivo del cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario