Soneto 211. DESASOSIEGO INUSITADO
El sentimiento dulce que me impele
es un beso lento y conmensurado
que me libera del mundo obstinado
con la calma que todo lo repele.
No hay lectura ni libro que empapele
tanto desasosiego inusitado,
ni hay versos que hayan descongestionado
los golpes que se dan donde más duele.
En esta conversación enhebrada
- a fuer de otro monosílabo absurdo -,
no hay más que palabra desquebrajada.
Con tanta pretensión insospechada
me apartas del camino ruin y burdo
donde muere una voz desesperada.
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